Hace ya más de un año comencé a trabajar en Epicentro, con el compromiso de ayudar a traducir algunos materiales de IRMA (Activistas Internacionales por un Microbicida Rectal) y como ven... ya no puedo escribir IRMA sin poner entre paréntesis lo que quieren decir las siglas, y básicamente creo que eso resume todo, Estoy un poco obsesionado con el tema.

Debo reconocer que al principio me parecía un poco tedioso, y me costaba entender por qué era necesario tener un microbicida, total, los condones funcionan casi a la perfección.

Si partimos de esa premisa, ¿para qué entonces necesitamos más cosas? , seguí pensándolo hasta que la respuesta me llegó casi como una cachetada en la cara en la Conferencia Mundial de Sida 2010 en Viena, a la cual tuve la suerte de asistir. Si, la gente sigue muriendo de SIDA.

En mi entorno (un poco desarrollado, un poco tercer mundista, un poco aburguesado y un poco rojo) todas, o casi todas las personas que conozco tienen acceso a un condón, y estando en Viena me sentí avergonzado de darme cuenta que mi entorno no es el mundo real, y que hay personas que sencillamente NO pueden comprar un condón, o conseguirlo, o usarlo, o pedirle al activo de la relación que lo use. Según datos del MSMGF (El Foro Mundial sobre Hombres que tienen sexo con hombres y VIH) más del 60% de los hombres que tienen sexo con hombres no tienen acceso a condones y/o lubricantes... Acojonante, no?

Si a esto le sumamos que LAS MUJERES TAMBIÉN TIENEN SEXO ANAL, el machismo (¿Cómo puede pedirle una mujer a su esposo/marido/amante/casero que use un condón? Pensaría que lo está engañando!) Tenemos un panorama bastante desolador. El/la  penetrad@ o pasiv@ no tiene forma de cuidarse.

Si existiera un Microbicida Rectal esta situación podría cambiar y aunque quizás un microbicida rectal no llegue tampoco a todas las personas, podría salvar muchas vidas, y al final por eso trabajamos, no?

Hay una frase que repito como un mantra desde hace 1 año. NECESITAMOS MÁS OPCIONES!

SM. Lima.